OBJETOS
ENIGMTICOS? DE UN PASADO DESCONOCIDO
Principalmente
durante este siglo, con cierta frecuencia se ha asistido a la
proliferacin de noticias llamativas acerca de sorprendentes
objetos de origen inexplicable que desafan a nuestros
conocimientos acerca del pasado. Algunos de estos "descubrimientos
arqueolgicos", dando lugar a las ms
estrafalarias teoras, han alcanzado gran difusin y
credibilidad en nuestros das, a pesar de ser su valor
cientfico extremadamente dudoso.
Sin
duda, la Arqueologa moderna est poblada de enigmas.
Si no fuera as carecera, como cualquier otra ciencia,
de buena parte de su sentido. Pero en raras ocasiones estas
incgnitas son debidas a misteriosos objetos individuales de
origen y funcionalidad desconocidos. Durante el siglo XX, este tipo
de materiales han venido a apoyar gran parte de teoras
alternativas, principalmente creacionistas, a travs de
interpretaciones que pretenden solucionar los grandes misterios
que haban aparecido con ellos. Este tipo de estudios,
subconjunto de lo que podramos denominar pseudoarqueologa,
deberan preocuparnos en la medida en la que pretenden servir
de coartada a conjeturas injustificables desde el punto de vista
cientfico. Aunque han ido ms all: muchos de
los enigmas de los que hablamos han conseguido una credibilidad como
problema real en la investigacin histrica, an
en ambientes cientficos serios, difcilmente
explicable con relacin a su calidad cientfica.
Buena
parte de la responsabilidad de esta extraordinaria difusin
debe buscarse en la conjuncin de dos elementos que han
ejercido tradicionalmente una especial fascinacin: la parte
mitolgico-legendaria del pasado remoto y los fenmenos
misteriosos y desconocidos. Ello ha hecho de la pseudoarqueologa,
y del tema que trata este artculo en particular, un
componente fortsimo de la corriente que ha sido llamada Nueva
Era. Pero en el caso de estos artilugios que la ciencia oficial no
puede explicar se da otra circunstancia preocupante: quiz
por el desconocimiento general y por lo sencillo, aunque
espectacular, de su planteamiento, han conseguido emigrar de las
pginas que compartan con temas de parapsicologa,
ocultismo, criptozoologa etc., para camuflare de serios
interrogantes cientficos en otros medios de divulgacin,
en principio ms serios.
La
situacin mencionada hace cada vez ms difcil
distinguir estos casos. Estas lneas pretenden mostrar qu
circunstancias deben hacernos dudar. Los siguientes puntos responden,
en general, a dos caractersticas: los casos en los que la
configuracin que se interpreta no presenta seguridad
objetiva, y aquellos en que la interpretacin que se lleva a
cabo no tiene base cientfica.
1.
Hallazgos en condiciones no controladas: Un pilar bsico
del mtodo arqueolgico moderno lo constituye el
control minucioso del proceso de excavacin de un yacimiento.
Debe tenerse en cuenta que esta caracterstica es relevante
hasta el punto de que un hallazgo arqueolgico carece de valor
cientfico si no es posible determinar con certeza y exactitud
dnde, cundo y cmo se ha producido. Desde
luego, esta circunstancia no est presente en la mayora
de las informaciones pseudocientficas, aunque su omisin
no es fcilmente apreciada por la mayora de los
lectores, abrumados por una serie de espectaculares interpretaciones
que, como hemos dicho, han de ser firmemente cuestionadas. Por
supuesto, la informacin proporcionada debe, forzosamente,
admitir un margen de error razonable, pues la precisin de los
mtodos de medicin que pueden emplearse en una
excavacin es limitada.
Tampoco
pueden desecharse directamente todos los hallazgos que se producen en
condiciones no controladas, aunque es necesario, en este caso, tratar
de reconstruir rpidamente, y con la mayor veracidad posible,
todas las circunstancias relacionadas con el descubrimiento. Cuanto
mayor sea la inexactitud del registro vinculado a un determinado
objeto, tanto ms comprometidas se vern las
interpretaciones posteriores realizadas sobre la base del mismo. Toda
la investigacin que puede llevarse a cabo sobre un objeto
arqueolgico depende decisivamente de su posicin en el
yacimiento, y esta informacin se perder irremisible y
permanentemente en el momento de la excavacin.
Esta
falta de control es un hecho habitual, casi sistemtico, en
las referencias de los estudios pseudocientficos sobre los
grandes enigmas del pasado, basados en el descubrimiento de
objetos de otros mundos o de antiqusimas
civilizaciones desconocidas tecnolgicamente avanzadas. Se
da la peculiar circunstancia de que todos estos descubrimientos han
sido fortuitos, llevados a cabo por obreros que preparaban los
cimientos de una nueva construccin empleando una pala
excavadora, mineros extrayendo mineral con un martillo neumtico
o circunstancias similares, que poca seguridad pueden proporcionar
acerca de donde se encontr realmente la prueba en cuestin.
Un
caso ejemplificador y ciertamente curioso lo constituye el hallazgo,
en 1930, de un objeto cilndrico de unos quince centmetros,
formado de hierro y cobre y recubierto de asfalto (?), que fue
interpretado como una pila elctrica de dos mil aos
de antigedad (sic), constituyendo, por tanto, un enigma
fabuloso. No he podido encontrar, acerca de la procedencia de tan
sorprendente artefacto, ninguna explicacin ms concisa
que la siguiente (1):
(...)
un ingeniero alemn, que haba acudido a reparar el
alcantarillado de Bagdag, encontr en los stanos del
museo de esta ciudad una caja que contena "diversos
objetos de culto" no clasificados [dentro de la cual estaba el
artefacto].
Otro
ejemplo, que da muestras de cuanto menos igual rigor y precisin
que el anterior, es el caso de una esfera de caliza, de origen
supuestamente humano, que ha sido datada en cincuenta millones de
aos (!) de antigedad, sobre la base de su minuciosa
exhumacin:
(...)
una bola de caliza hallada a 75 metros de profundidad en capas de
lignito (...), pertenecientes al periodo terciario. (...) los
mineros que trabajaban en un extremo del tnel vieron caer un
objeto redondo desde la parte superior de la excavacin .
Como
se ha dicho, con datos de este tipo acerca del origen de los
elementos de estudio, difcilmente podr cualquier
interpretacin de los mismos dar lugar a teoras
vlidas desde el punto de vista cientfico.
2.
Predominio de elementos aislados: Los objetos enigmticos
han aparecido, en su mayora, totalmente descontextualizados,
no vinculados a ningn otro vestigio, mantenindose
esta situacin tras posteriores prospecciones. Los dos casos
expuestos en el apartado anterior son un claro ejemplo, aunque hay
muchos ms (como la famosa piedra cermica, con una
espiga metlica en su centro, encontrada en California en
1961, mientras dos vendedores de geodas buscaban mercanca
para su negocio). No deja de ser curiosa esta aparicin
totalmente aislada, que impide ponerlos en relacin con
cualquier conjunto arqueolgico conocido. Por otra parte, es
de sealar el enorme infortunio que supone el haberse topado
con estos hallazgos individuales, y jams con un yacimiento de
mayor extensin con mltiples artefactos de este tipo,
lo que ciertamente debera haber sido ms probable, y
hubiera aportado mucha informacin para el esclarecimiento de
stos grandes misterios.
En
realidad, la experiencia arqueolgica demuestra que la
probabilidad de encontrar objetos aislados es muy pequea. Por
razones obvias, la cultura material se concentra en zonas de
asentamiento. Es de suponer que ningn ser humano, ni
presumiblemente otra criatura, construye algo para depositarlo en un
lugar lejano de donde habita o desarrolla la mayor parte de sus
actividades, abandonndolo sin dejar ms rastro de su
presencia.
No
obstante, diremos que, aunque no es habitual, hallar elementos
completamente aislados, o que as lo parezcan por el efecto de
la desmesurada dispersin de un grupo de elementos u otras
causas, es posible. De todas formas, la clara e inusual tendencia a
pertenecer a esta categora de los artilugios a los que nos
referimos los convierten, cuanto menos, en sospechosos.
3.
Omisin/Reinterpretacin del contexto: En ciertos
casos, el hallazgo aparece relacionado con otros, generalmente
pertenecientes a conjuntos arqueolgicos ampliamente
estudiados. Pudiera parecer que esta circunstancia dificulta la
propuesta de hiptesis pseudocientficas acerca del
elemento en cuestin. Nada ms lejos de la realidad:
los pararquelogos, sencillamente, dejan de lado lo que no
conviene a sus fines. Otra situacin, aun ms
dramtica, ocurre cuando la interpretacin sin
fundamento del objeto induce una reinterpretacin de todo el
contexto, contradiciendo, con frecuencia, la totalidad de teoras
existentes. Estos dos fenmenos suelen superponerse, dando
lugar a una metodologa de trabajo absolutamente catica.
La interpretacin libre, simple y dudossima de la
mitologa figura entre las primeras herramientas que se
utilizan en estos casos.
Por
poner un ejemplo, citaremos el famoso bajorrelieve maya que,
pretendidamente, representa a un astronauta dentro de su nave
espacial. Sin embargo, otras interpretaciones coherentes con el
estudio del registro arqueolgico y la mitologa
precolombina identifican sin la menor duda la iconografa de
Pakal, seor de la ciudad de Palenque, en la imagen citada,
inmerso en una escena mitolgica (2).
4.
Construccin de la evidencia: En directa conexin
con los dos puntos anteriores, aparece una caracterstica
relevante. Los estudios pseudoarqueolgicos relacionados con
el asunto que tratamos pretenden, en la mayora de las
ocasiones, construir una evidencia cientfica a partir de
hallazgos individuales, apoyndose para ello en todo tipo de
recursos, principalmente de carcter mitolgico, que
requeriran un estudio amplio y sutil. Estudio que,
evidentemente, no quieren ni pueden llevar a cabo.
En
Arqueologa, no puede considerarse que nada es evidente
(con muchas comillas) hasta haber reunido gran cantidad de
informacin, que establezca relaciones firmes con teoras
slidas. Sin duda, pueden plantearse hiptesis con ms
o menos fundamento, y el camino de la especulacin est
siempre abierto, pero nada puede ser considerado una evidencia
hasta haber cumplido los requisitos citados. Simplemente, el conjunto
coherente de teoras conseguido tras una gran cantidad de
investigaciones y descubrimientos no puede ser desechado sin ms
porque la interpretacin de un slo elemento parece
contradecirla. Debemos considerar que resulta mucho ms
probable una explicacin de otro tipo, que ha producido una
interpretacin incorrecta. Por el resto de motivos que
mostramos, esta ltima posibilidad adquiere prcticamente,
en estos casos, el rango de certeza.
No
debe dar esto una idea de que la Arqueologa es una ciencia
esttica, que se resiste con exceso a las modificaciones de su
cuerpo terico. Aunque las nuevas incorporaciones deben ser
probadas con seguridad y las reelaboraciones confeccionarse
minuciosamente, el dinamismo de esta ciencia ha de resultar obvio a
cualquiera que se interese mnimamente por la misma.
5.
Justificacin por medio de paralelismos: La experiencia, y
tambin la teora, ha demostrado cun peligroso
es guiarse por la aparente similitud de los materiales arqueolgicos
a la hora de interpretarlos. A medida que aumenta la distancia
geogrfica y el intervalo de tiempo que separa a las culturas
que se investigan, la precaucin ha de extremarse.
En
muchas ocasiones, la nica prueba que apoya las hiptesis
pseudoarqueolgicas acerca de stos hallazgos es el
parecido (muy subjetivo) con elementos actuales. Cientficamente,
aportar exclusivamente esta informacin no tiene ninguna
validez. Debemos suponer que entre los billones de objetos (una
mnima parte artificiales), que se acumulan sobre y bajo la
superficie terrestre, habr miles de ellos que guarden
parecido formal, ms o menos acusado, con actuales
artilugios fabricados por el hombre. Que una marca en una roca de
doscientos millones de aos (encontrada por un buscador de
fsiles en 1922), se asemeje a la huella de un zapato actual,
aunque puedan verse las marcas de los hilos de coser y las muescas
generadas por el roce del taln (sic), no quiere decir que
lo sea. Obviamente esta configuracin casual de la superficie
no era la huella de un zapato moderno, como pudo demostrarse con
facilidad, aunque algunos an confan en esta
evidencia, clamando contra una conspiracin cientfica
que pretende ocultar las pruebas (3). Este caso en concreto (y
hay ms similares), resultar increble a
cualquiera que dedique unos minutos a pensarlo con mnimo
espritu crtico. Debemos entender que los
extraterrestres u otra civilizacin (quiz creada por
ellos), fabricaban y usaban zapatos iguales que los nuestros, incluso
cosidos, hace doscientos millones de aos?. Aunque la prueba
fuese real, esta interpretacin parece bastante absurda.
6.
Relacin con otras pseudociencias: Cualquier trabajo sobre
arqueologa que se base en o refiera a otros de
carcter pseudocientfico debe ser inmediatamente
cuestionado, pues stas disciplinas no emplean un mtodo
cientfico. Por el mismo motivo debe sospecharse de aquellos
estudios que pretendan apoyar teoras de esta ndole.
He
dicho que la presencia de alguna o todas (como ocurre en la mayora
de los casos), de estas caractersticas debe hacernos dudar
acerca de la objetividad de la informacin que se nos
proporcione. En mi caso personal, me hace dudar de tal modo que
rechazo de mano todos los vestigios de los que he tenido noticia que
demuestran, corroboran o atestiguan la antigua presencia
extraterrestre o las remotas civilizaciones tecnolgicamente
avanzadas, por poner un ejemplo. An as, puedo
entretenerme leyendo a H.P. Lovecraft.
Aunque
es posible que est equivocado. Quiz estos objetos
aislados, de procedencia oscura, interpretados con dudoso rigor hayan
dado, despus de todo, lugar a teoras que se ajustan a
la realidad de nuestro pasado. Acaso dentro de un tiempo surja la
prueba que me haga rectificar. Tmenme la palabra: si eso
ocurre dedicar todo mi tiempo libre, hasta el fin de mis
das, a investigar estos hechos. No es una apuesta arriesgada:
si hace cincuenta millones de aos los extraterrestres
visitaron la tierra creando una nueva raza de seres tecnolgicos,
ser un placer tomar el estudio de sus vestigios como un
pasatiempo.
NOTAS:
1
La primera descripcin de este caso de la que tengo noticia
aparece publicada en la revista americana Discovery, en 1939.
Posteriores referencias al hallazgo (el texto seleccionado procede de
La rebelin de los Brujos, de L. Pauwels y J.Bergier),
parecen una transcripcin casi exacta del artculo
original. Si algn lector conoce una informacin ms
precisa que la proporcionada, le agradecera que se pusiese en
contacto conmigo.
2
Para ms informacin, ver biblio. [3].
3
Consltese biblio. [1].
BIBLIOGRAFA:
[1]
Ortiz de Montellano, B. Multiculturalism, Cult Archaeology,
and Pseudoscience, en Cult Archaeology and Creationism:
Understanding Pseudoscientific Beliefs about the Past. Ed.
Francis B. Harrold y Raymond A. Eve. University of Iowa Press, Iowa,
1995.
[2]
Feder, Kenneth L. Fraud, Myths and Mysteries: Science and
Pseudoscience in Archaeology. Mayfield Publishing Company,
California, 1999.
[3]
Gallagher, I.J. Case of the Ancient Astronauts. Raintree
Steck-Vaughn Publishers, Nueva York, 1997.
[4]
Stiebing, William H. Ancient Astronauts, Cosmic Collisions.
Prometheus Books, Nueva York, 1984.
[5]
Cohen, Daniel. The Ancient Visitor's: Have Creatures
form Other Planets Ever Landed on Earth?. Doubleday and Company,
Nueva York, 1976.
[6]
Williams, Stephen. Fantastic Archaeology. University of
Pennsylvania Press, Philadelphia, 1991.
[7]
Kolosimo, Peter. Timeless Earth, University Books, Nueva
York,1968. |