El diario New York Times ha publicado este domingo una editorial llamada "Muestrame la ciencia"
donde se critica frontalmente la idea del "Diseo inteligente" (DI).
Como no es comn este tipo de notas en un medio masivo de tanto alcance
como el New York Times, nos tomamos el atrevimiento de trasmitir cuatro
ideas centrales.
1) Quienes defienden el DI, argumentan que parte de la educacin es
ensear que exiten las controversias, como si el DI fuera una
controversia cientfica. La "controversia" aqui dista mucho de ser de
origen cientfico. Bsicamente esto se logra de una manera muy burda:
Se malinterpreta o se saca de contexto el dicho de algun investigador,
y cuando este le responde, se usa esa cita como prueba de la existencia
de la controversia, ignorando completamente los argumentos cientificos.
2) El DI argumenta que una estructura compleja como el ojo no
puede surgir "al azar", desmostrando una total ignorancia de los
conocimientos aportados por la biologia molecular moderna, incluyendo
la historia evolutiva de los genes involucrados en el proceso de
formacin del ojo. Si bien aun no se conocen todos los detalles
posibles, en lineas generales se puede explicar biologicamente la
evolucin del ojo. Incluso se apunta un "defecto" proveniente de la
acumulacin de "errores" en la formacin de un organo tan complejo: Las
fibras nerviosas que llevan la informacin visual de los conos y
bastones (sensores de luz y color) est por encima de ellos, por lo que
tiene que atravezar el ojo para llegar al cerebro, creando la "zona
ciega". Ningun diseador inteligente llegara a hacer semajante
dispositivo en una cmara, y como ese, hay cientos de "accidentes"
congelados en la historia evolutiva que confirma este proceso histrico
sin niguna direccin predeterminada.
3) Los defensores del DI explotan la ambiguedad entre el
proceso y el producto implicito en la palabra "diseo". Para ellos, la
prescencia de un producto terminado (como un ojo) es evidencia de un
proceso de DI. La biologa evolutiva ha demostrado que no es asi.
4) En otros campos del conocimiento existen controversias
legitimas que afectan a las teorias establecidas. La manera usual de
lidiar con esto es proponer alguna teora que explique o prediga algn
hecho que la teora dominante no pueda hacer. No es el caso del DI, ni
siquiera se han publicado en alguna revista cientifica, para que su
prepuesta sea evaluada como cualquier otra teora.
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