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Iglesia Universal: Con Dios y con el Diablo
Escrito por Pablo Corso
28.04.2005
Iglesia Universal
Con Dios y con el Diablo
Carrera de Ciencias de la Comunicación
Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Buenos Aires
Es viernes a la noche y la calle de los cines parece volver a los
tiempos de esplendor. Pero no son las expectativas de un estreno lo que
despierta a Lavalle. Miles de personas se agolpan en torno a un
edificio sobrio por fuera, híper-moderno por dentro, en el que vivirán
momentos difíciles de olvidar. El templo se va llenando y hay pequeñas
pugnas por un lugar desde donde ver el espectáculo.
- ¿Me puedo sentar acá? - Está ocupado. Se está atendiendo allá adelante una señora. - ¿Ocupado? ¡No estamos en el Pastor Giménez! (sic) ¡Esto es la Iglesia Universal!
Y
es el lugar donde pueden escucharse éste y otros diálogos similares.
"Atenderse" es, para sus fieles, una de las imposiciones de manos
realizadas para expulsar demonios. Muchos apenas prestan atención a
estos procedimientos, acostumbrados a convivir con espíritus extraños.
Miran hacia el escenario y esperan el comienzo de la ceremonia que les
devolverá, por una semana más, la esperanza a sus vidas.
Dentro
de la Iglesia Universal del Reino de Dios funcionan precisos mecanismos
que harán que esta escena se repita una y otra vez, sin perder fuerza y
ganando más y más fieles. Ya no querrán irse y sentirán que por fin
llegaron al lugar deseado.
La Iglesia Universal
no para. Sus puertas están siempre abiertas, de domingo a domingo, a
cualquier hora, llueva o haya sol. Quien esté enfermo, oprimido,
perturbado o afligido siempre va recibir una palabra de aliento, una
oración o una bendición al visitar un templo de la Iglesia Universal
del Reino de Dios.
Estas palabras pueden llegar a
cualquiera por radio, televisión o Internet. Cuando alcanzan los oídos
de las personas indicadas, la máquina empieza a funcionar. Para llegar
a la Iglesia Universal no hay que ser pobre ni ignorante; basta con
estar desesperado.
Los países en crisis son terreno ideal para el
florecimiento de su doctrina. La Iglesia sirve de contención a miles de
argentinos y a millones de ciudadanos del mundo (ver "El poder fuera de
los templos"). Suele cambiar sus vidas para siempre y les pide -en todo
sentido- un alto precio a cambio. Pero muchos no se dan cuenta.
Darío
tiene 21 años y hace tres que su ex-novia es fiel de la IU. Dice que la
familia de Agustina "vivía bien, pero tenía una empresa de transportes
y se fundió. El padre, que era el que más resistencia podía oponer a
esto, cayó en una depresión. La novedad era la IU y la madre, que
quería conocer su teoría sobre el cristianismo, se metió en 1999.
Después entró la hermana, que tiene mucho poder en la familia. Ahí se
hizo el quiebre en la familia y también se metió mi novia".
Incluso
se puede llegar a la IU gracias a la radio o la TV, donde la
transmisión se cierra con una comunión entre el pastor y los fieles,
cristalizada cuando todos beben agua bendita de un lado y otro de la
pantalla. O por el consejo de un amigo, como le sucedió a Esteban, un
fiel que dijo a la salida de una reunión: "Yo estaba muy mal. Hacía y
me hacían trabajos. Cuando me estaban por cortar una pierna, un amigo
me invitó a la Iglesia y mi vida cambió". Todos los fieles dicen que el
cambio no es fácil ni rápido, pero afirman que se lo deben a la Iglesia
Universal.
El slogan en letras gigantes "Pare de sufrir" es atrapante para
quien está en una situación dolorosa. Puede resultar irresistible para
consumir la mercancía ofrecida. Casi todos llegan la IU desesperados,
como un último intento de zafar de problemas cuyas soluciones creen
imposibles. Si no es así, en el templo se encargan de provocar ese
sentimiento: se acerca alguien que enseguida capta de dónde viene el
problema. Pregunta, insiste, hace salir sentimientos dolorosos. La
persona empieza a llorar y siente que necesita quedarse. Después de
todo, en ese lugar recibieron a ella y a sus problemas con los brazos
abiertos, quizá por primera vez en muchos años. La invitarán a
presenciar su primera reunión, de la que ya no se olvidará. Habrá allí
posesiones, oraciones de esperanza, cantos de alegría, demasiado para
una hora y media. Cuando ve personas con su misma dolencia y gente
dispuesta a ayudarla, se entrega. Alcanza con el esbozo de una sonrisa
al final de la reunión, porque ese es el punto de partida.
La
Universal tiene el personal adecuado para guiar a cada uno por el
camino correcto. Un "obrero" -aspirante a pastor- se encarga de que el
nuevo fiel aprenda qué es lo que le conviene hacer de acuerdo a su
problema particular.
La semana de la Iglesia se divide según
las necesidades de cada uno: los lunes, por ejemplo, es el día de
quienes buscan trabajo. Los desempleados completan su semana, en varios
casos con los viernes de la "liberación" y la obligatoria reunión de
los domingos. Esta lógica clientelística con la que se maneja la IU es
una de sus marcas de distinción. Como señaló Alejandro Farinelli,
psicólogo especialista en sectas y nuevos movimientos religiosos, "si
voy a una reunión para conseguir trabajo, y hay un testimonio sobre
alguien que estuvo mucho tiempo sin trabajo y gracias a la Iglesia lo
logró, automáticamente me están haciendo depender y pensar que en algún
momento me puede tocar esta gracia también a mí. No voy a dejar de ir
seguro". Desde los enfermos incurables hasta los empresarios de traje y
corbata, todos tienen su lugar en la IU. Cada uno tiene su reunión
particular y la dependencia generada se traduce en la necesidad de ir a
las ceremonias, que se repiten cuatro veces por día en todo el país.
El show en el templo
El
vienes, día de "Liberación Espiritual", todo es espectáculo. Decenas de
"obreros" caminan apurados dentro y fuera del templo, entre la
captación de nuevos adeptos y los últimos preparativos de la ceremonia.
Dentro del templo hay un amplio salón con dos bandejas superiores que
aumentan su capacidad. Todo está listo. El aire acondicionado, las
cámaras para filmaciones internas y de televisión, el sonido y la
iluminación poderosos, completan el estilo moderno del edificio. El
lugar donde alguna vez hubo una pantalla de cine está ahora ocupado por
un escenario que deja ver el sincretismo religioso que caracteriza a la
IU: una mesa con mantel rojo, en la que hay apoyados cuatro enormes
bidones plásticos de agua "consagrada". También un órgano eléctrico y
otra cruz más pequeña al fondo, debajo de la cual brilla con luces
rojas y sin velas un candelabro de Januká. Todo está sostenido por un
gran altar de piedra granate, en el que está inscripta, a la vista de
todos, la frase "El sacrificio es un acto de fe".
Cada etapa de
la ceremonia está fríamente calculada. Nada de lo que allí se hace es
gratuito. Cuando aparece Paulo Roberto, el jefe espiritual de la
Universal en Argentina, todos los asistentes se levantan de sus butacas.
Tras
una corta oración, el "obispo" comienza a entonar la primera canción,
interpretada en vivo por un organista a su lado. Los fieles se muestran
felices y predispuestos y una segunda oración es el prefacio del
verdadero show en vivo de Paulo Roberto. Los asistentes, con los ojos
cerrados y las manos sobre el corazón, oran cada vez con mayor
intensidad. El obispo adelanta las frases correspondientes, subiendo
paulatinamente el volumen de su voz. Cierta sensación de mareo va
ganando al auditorio, que ingresa en un estado de ensoñación. Cuando el
obispo acelera, todos aceleran. Las oraciones de cada asistente, sin
dejar de ser murmullo -algunos sólo hacen soplidos nerviosos-, retumban
más y más en el templo. Antes de que la tensión sea insoportable, se
descarga parcialmente con frases como "Gracias a Dios" o "Amén".
Paulo
Roberto retoma su discurso desde un nivel un poco más bajo, pero
aumenta hasta llegar a uno más fuerte del que había alcanzado antes.
Cuando la tensión y las pulsaciones de los fieles se vuelven
intolerables, dice: "Espíritu maligno, libérate ahora de este cuerpo
inocente. ¡Sal!". El grito se extiende a todo el auditorio. Muchos
fieles se mueven hacia los costados, siempre con los ojos cerrados,
gritando por la expulsión de esos espíritus. Los obreros entran en
acción. Toman fuertemente las cabezas de los fieles y gritan a sus
oídos por la salida del espíritu, deslizando el nombre de la criatura
que le provoca el mal a cada uno: "¡Vocé istá amarrado! ¿Cómo te
llamas? ¡Ssssal, maldito... Sssssaal, sssssal ahora!". Si el cráneo se
calienta, "está saliendo el demonio". Y, efectivamente, cada uno siente
un infierno en la cabeza. Los obreros dicen el nombre del dios que está
poseyendo a cada uno.
En la Universal se incorporan algunos
aspectos de cultos umbanda: a la principal diosa -bondadosa
originalmente y de nombre "Imanyá"- se la considera maligna. Algunos
demonios se resignifican en la IU para pasar a ocupar el lugar de
espíritus posesivos. Varios fieles expulsarán al ánima causante de su
dolencia; otros deberán seguir intentando porque, según pastores y
obreros, "tienen el corazón duro". Esta parte de la ceremonia finaliza
con testimonios de personas que dicen haber resuelto allí insoportables
dolores.
La música y la prédica bajan hasta un nivel muy tenue.
Parece volver la tranquilidad, pero casi todo el público viene de un
estado de shock, situación clave para el desarrollo de la próxima parte
de la ceremonia.
El diezmo y la esperanza
La
segunda mitad de las reuniones en la IU enfatiza la necesidad de pagar
el diezmo, que es el 10% de cualquier ingreso que tenga el fiel:
sueldo, jubilación, una herencia. Se otorga mensualmente a la Iglesia y
Paulo Roberto habla una y otra vez de su carácter sacro. El semanario
de la Iglesia deja en claro que "los diezmos y las ofrendas son tan
sagrados, tan santos como la Palabra de Dios. No se pueden disociar de
la obra redentora del Señor Jesús; significan, en verdad, la sangre de
los salvos en favor de aquellos que necesitan de la salvación". En
reuniones más íntimas y cerradas, se advierte a los fieles que, cuanto
mayor sea el diezmo, la respuesta de Dios será más favorable. Esta
obligación no se puede romper nunca. El libro de la IU "Cómo ser un
diezmista fiel" explica la situación para casos difíciles: mediante
reglas de tres simple, el resultado es que siempre hay que pagar. En
las ceremonias se distingue entre la fe -una actitud que hay que
mantener siempre- y la fidelidad -expresada en el pago del diezmo-.
Paulo
Roberto también explica que si el sacrificio se expresa en el diezmo,
la fe significa la certeza de una respuesta de Dios. Los fieles confían
en que les volverá el doble de lo que otorgan. Si se da el diezmo,
pueden esperar seguros su justa recompensa. El obispo pregunta quiénes
trajeron su sobre y cientos de personas lo levantan mostrando su
fidelidad. Se acercan una a una al altar y entregan su diezmo a los
obreros. "Gracias a Dios", es la frase que el pastor más repite, sobre
todo en esta parte.
Las ofrendas funcionan de forma parecida.
El fiel anota en un papel su pedido, lo cierra en un sobre con dinero y
lo lleva al altar, donde el pastor promete orar para la solución del
conflicto. Hay personas que van hacia el escenario dos veces en una
misma reunión, una para dar su diezmo y otra para alguna ofrenda
particular. "Un linyera, que no tenía zapatos, dejó un billete de dos
pesos", afirmó Carolina Del Río, periodista de Telenoche Investiga. La
IU construye un nuevo tipo de creyente y sus autoridades afirman que
"la parte económica del cristiano es tan importante como la parte
espiritual".
La ceremonia va concluyendo con dos canciones más.
Son auténticos éxitos pop, con letras fáciles y pegadizas, acompañadas
por coreografías específicas para cada pasaje de las canciones. Los
diezmistas se encuentran alegres, cantando y con la esperanza que
fueron a buscar. Están livianos.
Benedicta, de unos 70 años y
aspecto bastante humilde, dice: "vengo acá y después me siento
renovada, feliz. No sólo cuando estoy adentro, sino siempre, toda la
semana". Darío, sin vueltas, lo compara con una droga: "Cualquier cosa
que te pase, por mínima que sea, no la podés enfrentar fuera de la
Iglesia. Mi novia iba un día, iba dos, iba cinco, hasta que estuvo
todos los días en la Iglesia. Te crea una felicidad en la que terminás
creyendo".
Bajo la arenga de otro pastor (Paulo Roberto ya dejó
el escenario) los fieles pasan por delante del altar para que les sea
bendecida la foto de algún familiar querido, al tiempo que escuchan
frases como "usted que vive tomando pastillas, tiene un tumor, dolores
en la espalda, toma aspirinas, toma Novalgina, diga "¡basta!", diga
"¡sal ya de mí, espíritu maligno!". Los asistentes pisan el camino de
sal dispuesto delante del escenario para que se cumplan estos objetivos
y así se van yendo del templo. En esta reunión se han sentado las bases
para generar un fuerte vínculo con la Iglesia, que se irá reforzando
con rutinas nuevas.
Antes de irse definitivamente del templo, los
fieles reciben "El Universal", semanario con una tirada de 100.000
ejemplares editado por la IU. En la publicación, único material de
lectura para miles de personas, tienen un lugar central los testimonios
de personas salvadas por la Iglesia. Su estructura es siempre la misma:
a alguien lo alcanzó una desgracia (accidentes, pérdidas económicas),
él o un miembro de su familia cayeron en un pozo depresivo -"tocamos
fondo"-, se acercaron a la IU y "su vida cambió". Nunca se explica
cómo; siempre se detallan los resultados: recuperación física y
psíquica. No se omite lo económico en los testimonios.
La Iglesia
actúa en todos los frentes. Los fieles suelen describir, por radio y
televisión, verdaderos milagros: "iba al médico, me decía que no tenía
nada, pero a mí me dolía". Es muy común que los pastores insistan:
"¿Pero usted tiene dolor?" En ese sentido, Carolina Del Río afirmó: "a
la gente siempre le duele algo. Además te pueden llegar a decir que
tenés algo que no tenés", y así las personas siguen "atendiéndose" en
las ceremonias. "No te pueden dar trabajo -prosigue Del Río-. Pero si
te suben el ánimo y te ponen en movimiento, probablemente lo consigas".
Alejandro Farinelli indica que "hay que ver el grado de veracidad de
cada relato". Este tipo de experiencias "se inscriben en la idea de
algunos evangelistas, que creen que, para estar en gracia de Dios, esa
persona tuvo que haber tenido alguna experiencia de tipo mística:
hablado en otras lenguas, tenido alguna visión, o experimentado una
sanación. Nunca recibí ningún certificado médico en el que constara la
curación".
El "bautismo con el Espíritu Santo" corona la
incorporación definitiva de los fieles a la Iglesia. Se realiza en las
aguas y es la forma de prometer fidelidad a la IU. Es cada tres o
cuatro meses al año y simboliza el abandono de la vida anterior para
ingresar en una etapa de pureza, no pecaminosa y tiene, según el obispo
Paulo Roberto, "por real evidencia la transformación del carácter
humano por el carácter de Dios, además de poder hablar en lenguas
extrañas". Frente a estos argumentos, Farinelli respondió que "hay un
pastor conocido que asegura que uno de los fieles habla en arameo
durante las ceremonias. Yo tengo un traductor de arameo antiguo,
siempre le sugiero al pastor que puede interpretar las palabras del
fiel en este trance, pero me responde con evasivas".
Reacción en cadena
Una
vez que el fiel entró a la Iglesia y eligió los días específicos para
asistir, debe seguir una cadena de oración que consta de diez pasos, a
razón de uno por semana. Cada día se reparte un papel con el paso
correspondiente, que incluye frases bíblicas alusivas a la necesidad
por la que se fue; por ejemplo, la sanación de los enfermos. Quien
sigue las diez etapas de esta cadena ya permaneció en la Iglesia al
menos por dos meses. Si no obtiene resultados esperará a la próxima.
Otro
mecanismo de la Universal para sus fieles es el de las campañas. Son
los momentos en que se solicitan las sumas más importantes, con un piso
de cien pesos. Se pide a los asistentes que vayan reservando cantidades
más grandes: "Dios los va a escuchar, los recompensará devolviéndoles
el doble", puede escucharse en los momentos de promoción de las
campañas. Se trata de grandes colectas con una duración de más o menos
dos meses. Hay cinco o seis por año. Los fieles reciben el sobre
especial para estas donaciones y unos pedacitos de telgopor donde
escriben sus problemas e intentan "derrumbar la muralla de sus vidas",
según puede leerse en esas piezas. Llegado el día de la recaudación, se
monta en la Iglesia una escenografía especial. Para la campaña de
Israel, la más fuerte del año, una representación de un templo bíblico
domina la escena. Los fieles, con el dinero y las murallitas en que
escribieron sus problemas, entran en el "templo" a dejar todo. Darío,
con más de dos años de experiencia en la Universal, vio personas que
llevaron mil, cinco mil, o diez mil pesos. Los pastores afirman que
usan el dinero para orar en Israel durante dos días "a pan y agua".
Los
artículos dados en las ceremonias -y en venta en la sucursal central de
Lavalle- sirven también como nexo entre los fieles y la Iglesia. La
necesidad de adquirir "aceite santo de Israel" (Telenoche Investiga
mostró cómo se compraba en supermercados porteños), "rosas benditas" o
"tierra del Monte Sinaí" se sostiene con pasajes bíblicos que los
mencionan. Pese a esto, en las reuniones se prohíbe la adoración de
imágenes, santos y vírgenes del catolicismo. Sólo se debe adorar a un
Dios. La periodista Del Río afirmó que "te generan una dependencia de
esos íconos que te mete en un mundo mágico. La entrada es gratis, pero
cuando empezás a estar necesitando esas cosas, te van metiendo",
completó.
Los fieles deben tener ese aceite, se les dice que lo
unten en el borde de la puerta. Y si las cosas no funcionan en sus
casas, pueden pensar que es porque hace mucho que no lo usan. En lugar
de pensar que están en el camino equivocado, los adeptos de la IU creen
que eso es lo que deberían haber hecho antes.
Los grupos internos
El
camino de los fieles puede continuar en los distintos grupos internos
que tiene la Iglesia, cuyo fin es profundizar su relación con los
asistentes. La IU cuenta, entre otros, con grupos de evangelización
(misionan para sumar adeptos) y la "Fuerza Joven Universal" (futuros
obreros, a los que se puede ver vendiendo rifas para subvencionar sus
reuniones). Sus obligaciones incluyen la limpieza del templo y
conseguir por su cuenta los mismos productos de limpieza. También se
reúnen aparte -en la sede administrativa de Flores- y profundizan sobre
aspectos de la doctrina de la IU que no se mencionan en las reuniones
más masivas. Se les dice que, si van a llevar gente nueva a la IU, no
lo hagan en reuniones como las de la campaña de Israel. Allí se pide
mucho dinero: los fieles pueden alarmarse y no regresar. También al
principio se señala que pagar el diezmo no es excluyente para
pertenecer, "aunque nosotros sabemos que sí es una obligación ".
Los
miembros de estos grupos entran en confianza y naturalizan la
estructura interna de la IU. Ellos mismos llegan a dar el dinero del
diezmo en lugar de esos a quienes no se les pide al comienzo. Los
grupos de evangelización hacen visitas periódicas a distintos reclusos,
quienes tienen lugar en "El Universal" a través de "La columna del
presidiario". Escriben dudas y problemas, uno a uno evacuados con la
respuesta de algún pastor del staff de la Iglesia. Algunas de las
personas que encontraron contención durante este tramo de sus vidas
pasarán de reclusos del Estado a fieles de la Universal. Incluso pueden
realizar su "bautismo" en la cárcel. La Iglesia genera así distintos
caminos de adoctrinamiento.
También en estas reuniones más
reducidas (incluyendo las matinales en cada templo, a las que suelen ir
sólo los más fieles) "te implantan fobias -explicó Darío- a través de
la oposición Dios/Diablo" (ver La Teología de la Prosperidad). "Para
ser de Dios, tenés que estar con ellos, que te muestran la verdad
absoluta. De la puerta de la Iglesia para afuera, todo es malo. Te
llevan a pensar que los que te dicen que estás equivocado están
influenciados por el demonio", completó el ex-novio de Agustina.
Esteban, a la salida de una ceremonia, sugirió que "está mal decirlo,
pero los que no vienen y critican, un poquito influenciados por el
diablo están". Los fieles más devotos a la doctrinas de la Universal
pueden pensar, ante la evidencia de las intenciones reales de sus
jefes, que todo es mentira o está "trucado". Darío le informaba a su
novia sobre las estrategias para mantener a los fieles dentro de la IU,
y Agustina le respondía "la Iglesia de Dios será perseguida por el
diablo" y para él "era imposible romperle con eso. Un pastor le dijo
que se tenía que alejar de mí, que yo era la persona que tenía el
demonio y la quería alejar de la Iglesia".
La propaganda oficial
de la IU, desde su presencia en todos los medios hasta la captación
"cara a cara" que persiguen los obreros en los templos, resalta la
ausencia de preconceptos o discriminaciones de cualquier tipo: esto es
clave para el acercamiento de quienes desconfían de instituciones como
la Universal. Pero Darío explicó que en esas reuniones, los pastores
critican con bastante énfasis a las otras religiones. El Apocalipsis y
la satanización de lo que no pertenece a la Iglesia están a la orden
del día. Se redefine el mundo interior -"nosotros" los buenos- y el
rango de movimientos en el exterior comienza a ser muy acotado.
Los
fieles son cada vez más en nuestro país y siguen su camino en la
Universal por muchos años. Con distintos grados de dependencia, su
participación mantiene la máquina en marcha. La IU se define como una
institución de fe, no religiosa. Angélica llegó a la Iglesia hace pocos
meses y afirmó que "la fe está en todos lados. En vos, en nosotros, no
sólo en las cuatro paredes del templo". Quien tiene la certeza de la
respuesta puede buscarla las veinticuatro horas. Si una vez falta al
templo, la Iglesia se ocupa de llenar ese vacío de otra forma. Facilita
a sus fieles el consumo de la fe: espacios televisivos, radios AM y FM,
Internet, e-mail, respuestas en tiempo real. Sostiene, según el
licenciado Farinelli, "una ideología más free, sin
restricciones y para cualquiera". Las limitaciones impuestas al mundo
interior se complementan con esta libertad en el consumo exterior.
La
participación en los grupos internos es decisiva para subir otro
peldaño en la escalera de la Universal: el de llegar a obrero, objetivo
muy perseguido por los fieles. Para ello se debe aprender un
servilismo, "el cual responde -afirmó Del Río- a la estructura
jerárquica de la Iglesia. Se genera un sistema con status
diferenciados: si sos obrero sos mejor que el resto". Los obreros son
quienes más trabajan en la IU: sus actividades son tan disímiles como
la vigilancia, la captación de los fieles o la expulsión de demonios a
partir de las imposiciones de manos. También se encargan de que se
cumplan los roles adecuadamente durante las ceremonias: señalan las
coreografías de las canciones y si alguien abre los ojos durante las
oraciones, hacen que los cierre. Del Río agrega: "hay gente que está
hace más de dos años, y quiere ser obrera y no lo logra. Tenés que
haber metido a tu famila, a todo el mundo, haber hecho buena letra,
limpiado todo, ser más o menos fachero y te tienen que ver buena
labia". En la IU se dice que los obreros deben alejarse de los aspectos
terrenales de la vida. Pero los grandes esfuerzos realizados para
alcanzar este nivel derivan en una suerte de "elitismo del obrero":
Gastón, uno de ellos, se jacta de tener una casa y cuatro
departamentos. Pero el ascenso de los fieles en la estructura de poder
de la Iglesia Universal termina siempre en este puesto. Ningún obrero
llegará al ansiado nivel del pastor, reservado a los contactos
internacionales de la Iglesia (ver "La estructura interna"). El camino
de los fieles en la Universal puede llevarlos a un punto sin retorno.
La dicha en soledad
Los
más creyentes de la IU alteran gran parte de su vida para seguir en la
institución: si es necesario, novios, padres y amigos se hacen a un
lado para que puedan alcanzar la gracia y la felicidad prometidas.
Agustina, por ejemplo, se empezó a replantear su vida. Sentía que había
hecho todo mal. "No entendía", dijo Darío, "cómo mi novia podía estar
hablándome del infierno, del fin del mundo. Decía que iba a seguir en
la Iglesia y nadie iba a poder hacer nada". Hasta que ella le confesó
que no podían estar juntos porque "no sos hombre de Dios. O te metés
conmigo adentro de la Iglesia o te quedás afuera".
El bienestar
que podría dar a sus fieles la IU "es simplemente un placebo, hay que
ver hasta cuándo le dura la felicidad a esta persona. ¿Es feliz o cree
que es feliz? ¿Se corresponde con la realidad de su vida?", se preguntó
Alejandro Farinelli.
La mayoría de los fieles permanece muchos
años en la Iglesia. Los que se van, suelen ver su participación allí
como una inversión que no tuvo éxito. Pero en general, todos continúan
atrapados dentro de uno u otro mecanismo: cadenas, campañas u ofrendas,
que no interrumpen para conservar las esperanzas de salvación. "Mi
novia", aseguró Darío, "me empezó a decir que no podía ser que me
venciera el demonio y lloraba para que por favor volviera a la Iglesia.
La veía obligada y no era feliz. No creo que le gustara, simplemente
sentía que estaba haciendo lo correcto".
Los fieles de la
Universal no terminan de estar dentro o fuera de ella. Impacientes,
quienes tienen allí conocidos, amigos o parientes esperan una
definición. A veces sueñan que se evapora esa nebulosa que los separa y
de la que es muy difícil volver.
En la IU hay estamentos y funciones claramente establecidos.
Supervisados
por Edir Macedo, el jefe mundial de la Iglesia, los obispos de cada
país controlan la sede central nacional y toman las decisiones
administrativas de la Universal.
Los pastores asisten a clases
donde se les explica cómo mejorar su oratoria y movilizar al auditorio
para que, llegado el momento del diezmo, el público entregue la mayor
cantidad posible de dinero. El sitio de Internet de la IU advierte en
este sentido que "el Señor Jesucristo concedió autoridad espiritual a
Sus seguidores, para curar a los enfermos y expulsar a los demonios,
pero sobre todo para llevar Su palabra con el poder del Espíritu Santo
a todo el mundo y hacer discípulos". En la Iglesia la relación con el
pastor es fuerte y los fieles crean un lazo de identificación con él.
Para Darío, Agustina "trasladó la figura del padre al pastor; si yo
hablaba mal de él, era como si me fuera a matar". Según Susana, que
sale de una reunión vespertina en Palermo, los pastores "nos ayudan a
interpretar la Biblia y a aprender el camino. Yo no me atrevería a
criticarlos".
Muchos fieles quieren llegar a ser como los
pastores. Varios imitan el look de los obreros -camisa blanca, lisa
para ellos y con volados para ellas, con pantalón oscuro-, a quienes
ven como la instancia intermedia entre ser fiel y pastor.
Los
pastores con mayor habilidad para recaudar son premiados con la
conducción de templos más céntricos, casas y autos. Carolina del Río,
periodista de Telenoche Investiga, afirmó: "El que da las mejores
reuniones es el más divertido, el más carismático y también el que más
recauda. Este grupo es el de los "notables", mientras que quienes
muestran algún reparo para los pedidos de dinero son catalogados de
"conservadores". Mario Justino, ex-miembro de la Iglesia, sostiene en
su libro que para progresar, la amistad entre ellos no es importante y
deben aprender técnicas de "lobby". Sus remuneraciones mejoran a medida
que obtienen la conducción de templos más concurridos y en consecuencia
más ganancias.
Los obreros, que no son remunerados, hacen tareas
que van desde atender el teléfono hasta filmar las reuniones. Son
asistidos por los colaboradores, un amplio grupo de fieles que suele
encargarse de la limpieza en cada iglesia.
El poder fuera de los templos
El
"obispo supremo" de la Iglesia Universal del Reino de Dios, Edir
Macedo, la fundó en 1977 y desde entonces creó un verdadero imperio. Su
doctrina tiene hoy seis millones de miembros sólo en Brasil, donde la
Iglesia posee un banco, dos diarios, una revista, 30 emisoras de radio,
y la segunda red televisiva del país, TV Récord, con 25 repetidoras.
"Mientras la Iglesia Universal abría nuevos templos, en el Vaticano
discutían la absolución de Galileo", comparó el ex-pastor Mario
Justino. En el resto del mundo la IU tiene otros seis millones de
seguidores, con templos en 45 países de los cinco continentes. Macedo
también fue investigado por tráfico y lavado de dinero.
Así como
llenan el estadio de River en Argentina, los miembros de la Iglesia
colman el Maracaná en Brasil. Allí la Iglesia puede resistir, sin
demasiado esfuerzo, críticas que para cualquier otra institución serían
devastadoras: a través de la Red O´Globo (principal competidora a nivel
medios para la IU) pudo observarse cómo un joven pastor hacía pedazos
la imagen de Nuestra Señora de Aparecida, la patrona del país. Luego de
que fuera excomulgado, la IU siguió funcionando con la fuerza de
siempre.
La Universal no ingresó en la vida política argentina,
aunque es decisiva para el destino socio-político de Brasil. El bloque
de diputados del Partido Liberal, del vicepresidente electo, José
Alencar, no toma decisiones sin el apoyo de sus 34 miembros de la IU.
Además, la mujer del nuevo presidente es fiel de la Iglesia. Sin dejar
de brindarle sus frutos, las posturas políticas de Macedo son por demás
eclécticas: en las elecciones que consagraron a Collor de Mello había
instado a los fieles a votar por él, en contra de quien consideraba "el
Anticristo", el mismo Lula.
La Teología de la Prosperidad
Las
iglesias de tradición evangélica son herencia de la Reforma Protestante
de Lutero y se dividen en luterano-calvinistas, anabautistas y
pentecostales. El grupo escindido de "renovación pentecostal" asegura
que sus fieles pasan por experiencias como las de hablar en lenguas
extrañas o poseer dones de sanidad. De él surgió hace aproximadamente
15 años la "tercera ola del Espíritu Santo", caracterizada por haber
trasladado su centro de influencia religiosa de los templos a los
grandes medios, en especial la TV. Los pastores se dirigen a los fieles
de esa manera, facilitando y multiplicando su acceso a los grupos de la
"tercera ola", en donde puede incluirse a la Iglesia Universal.
Los
llamados tele-evangelistas también sostienen la Teología de la
Prosperidad, una doctrina que cree en la riqueza como poder visible del
poder de Dios y la pobreza -y con ella el Tercer Mundo- como un signo
de esclavitud al demonio. La consecuencia lógica es que quienes quieran
liberarse del demonio deberán ser ricos.
A los fieles se les
asegura en las reuniones privadas que los pobres no son de Dios. La
Universal no es una Iglesia pobre y profesa en voz baja la idea de que
los países del 3er Mundo están malditos y hay que sanarlos. Paulo
Roberto afirmó: "Dios está para los pecadores y los que sufren". Pero
no nombra a los pobres.
Para Alejandro Farinelli, el de la
Iglesia Universal es un nuevo movimiento religioso. Etimológicamente,
podría ser catalogada como secta, ya que la palabra alude a
"seguimiento" -en la Universal siempre hay un líder presente- y "corte"
(proviene de la separación de otra Iglesia). "Fenomenológicamente, en
cuanto a las consecuencias que puede causar una secta", continuó
Farinelli, "no cumple todos los requisitos. Esto no implica que pueden
producir reformas de pensamiento".
En la Iglesia Universal hay
elementos sectarios. Muchas veces, para entrar y permanecer, hay que
callar o romper relaciones con el entorno propio. El divorcio de los
fieles con su grupo previo de relaciones se profundiza cuando los
pastores dicen frases como: "llega un momento en que las vidas se
separan. Vos agarraste el lado correcto y los demás no". El obispo
Paulo Roberto, con lo que su palabra implica en el comportamiento de
los fieles, dijo: "en un momento me di cuenta de que mis amigos eran
unos tarados". La Iglesia no permite una segunda lectura de mucho de lo
que se dice allí dentro.