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10 Maneras de reconocer las terapias inefectivas contra el cáncer PDF Imprimir E-mail
Escrito por Daniel S. Martin   
28.04.2005

DIEZ MANERAS DE RECONOCER LAS TERAPIAS INEFECTIVAS CONTRA EL CANCER

DANIEL S. MARTIN*

A través de los años se han presentado numerosos tratamientos para el cáncer que no funcionan. A veces, los promotores de estas terapias saben que son inefectivas y, por ende, están cometiendo fraude. También es cierto que muchas personas que la realizan —o son llevadas a ello— están esperanzadas pero pecan por ignorancia. Por eso es importante repetir que los tratamientos propuestos como cura segura simplemente no sirven. Esta guía sólo quiere ayudar a reconocer esas terapéuticas falsas dándole elementos claros y sencillos.

Es importante que el paciente se familiarice y sus amigos estén alertas frente a estos “remedios” ya que les serán ofrecidos siempre que su problema persista.

Para personas con patologías no curables con las técnicas actuales estas terapias alternativas significan una falsa esperanza y expectativa, como también un gasto innecesario de recursos.

Mucho más triste aún es el caso de un paciente que puede ser curado con las terapias científicamente probadas y, en su lugar, es sometido a estas inefectivas terapias alternativas.

Pese a que es legalmente requerido utilizar medicamentos probadamente efectivos, a veces es difícil hacer valer la ley que figura en los libros. Estos promotores aparecen constantemente y hacen grandes promesas. Habitualmente toma varios años convencer al público de que estos tratamientos no sirven y poner a estas personas “fuera del negocio”. Durante el tiempo en que operan hacen gran daño. Por eso es importante reconocer rápidamente un tratamiento alternativo inefectivo.

De ahí que estas diez preguntas deben hacerse cada vez que alguien promete una cura para el cáncer:

1— El tratamiento ¿está basado en una terapia probada?

Muchos de los “personajes” que administran estas terapias son confusos, y al describir el remedio utilizan un lenguaje que suena como científico, presentando pacientes y variada literatura de apoyo. Pero cuesta poco dinero imprimir algún folleto o trabajo. Lo que usted debe chequear es si se han publicado en algún medio de reconocida reputación científica. Las revistas científicas reconocidas están recopiladas en Index médicos y bibliotecas especializadas. Un buen bibliotecario podrá ayudarlo a encontrarlas. Todos los trabajos publicados en medios científicos son revisados previamente por un Comité Científico que hará seguro y honesto el mecanismo. Si lo sostenido por un artículo no tiene sentido, no es publicado; no pasa este test.

Por otra parte, si los promotores pagan su propia literatura o publicidad, publican o publicitan lo que desean por lo menos hasta que la ley los atrapa. Desafortunadamente esto toma cierto tiempo.

Como ejemplo sólo vale recordar que en los últimos 35 años, en los EE. UU. hubo notorios casos de estas terapias:

a) Tónico de hierbas de Hoxsey (años ’50)

b) Kreblozen (años ’60)

c) Loetrilo (años ’70). En casos judiciales se demostró que quienes lo vendían habían acumulado ganancias en millones de dólares.

d) Terapia inmunoaumentativa

e) Iscador

2— ¿Se necesita un soporte nutricional especial cuando se usa el remedio?

Un extenso y creciente folklore se desarrolla a través de las centurias acerca del valor de varias comidas por la importancia que tiene el alimento en la vida. Una adecuada nutrición es importante para mantener el estado de salud, pero más lo es en el caso de pacientes con cáncer, que deben seguir las indicaciones de su médico respecto de su dieta.

Muchos han tomado ventaja de nuestros sentimientos acerca de la dieta e hicieron un culto de la llamada comida naturista. Pero otros han llegado al extremo de afirmar que ciertas dietas naturales curan el cáncer. No debe sorprendernos entonces que algunos remedios inútiles sean el complemento ideal de estas dietas.

3— ¿Se presenta al tratamiento como inocuo, indoloro, o no tóxico?

Los promotores descubrieron que una manera segura de atraer clientes para su tratamiento es presentándolo como inocuo, indoloro, atóxico, en comparación a otros científicamente probados como la cirugía, radioterapia, o quimioterapia. Algunas de estas terapias inefectivas son inocuas, pero tampoco tienen utilidad terapéutica.

4— ¿Se publican en medios masivos?

Debido a que los promotores no pueden acceder a ningún medio científico, optan por los medios de comunicación masiva, que incluyen radio, TV, diarios, pasquines, revistas de información general, etc. Estos medios —hambrientos de buenas historias— dan lugar a estas publicaciones, sin prestar demasiada atención al propósito real de las mismas.

Mucha gente cree que lo aparecido en estos medios es verdad, si no, no hubiera sido posible su aparición o publicación. De ahí que la difusión de notas o gacetillas pseudocientíficas confunda al público, y además sea de difícil control para las autoridades encargadas de la salud.

5— Los beneficios obtenidos con estas terapias ¿se deben al poder de sugestión?

El gancho promocional principal de los auspiciantes de la cura fácil es el testimonio emocional y agradecido de un paciente. Muchos de ellos son sinceros y creen que han sido ayudados. Algunos de los testimonios publicitados se dan poco tiempo antes de que el paciente empeore o muera de cáncer. Entonces, ¿por qué se sentía mejor esa persona? A menudo es simplemente por el poder de la sugestión. Para la medicina podría tratarse del efecto placebo. Este es el nombre que recibe una supuesta droga (usualmente agua, azúcar, u otra sustancia inocua) que no tiene efecto terapéutico. El ser humano es muy susceptible a la sugestión, particularmente cuando está enfermo o desesperado. Cuando los supuestos especialistas en cáncer le dan una “nueva droga” y promesas, por un tiempo creen estar realmente mejor, sintiendo menos dolor, comiendo mejor, y pensando que evolucionan bien. Lamentablemente estos resultados son de corta duración. La única clase de evidencia de cura científicamente aceptada como válida es la respuesta objetiva. Un ejemplo de esto es la medición de un tumor. Ninguna terapia alternativa produce alguna respuesta objetiva. Incluso se detallan pacientes tratados que no tienen ni han tenido nunca cáncer. Naturalmente, estos fueron pacientes fáciles de curar. Otros han sido curados por los tratamientos clásicos u ortodoxos, pero piensan que aún están enfermos y siguen una terapia alternativa. Un tercer grupo aún sigue enfermo de cáncer y dice estar curado, pero empeora o muere poco tiempo después de dar algún testimonio.

Todas estas “curas” están relacionadas con el poder de sugestión.

6— Los promotores de las terapias alternativas ¿son reconocidos expertos en el tratamiento del cáncer?

Cualquiera puede presentarse como especialista en determinada materia, pero hay una buena manera de averiguar si alguien está realmente calificado en oncología. En nuestro país existe un registro de especialidades en el Ministerio de Salud y Acción Social y un registro de especialistas en el Banco Nacional de Drogas Oncológicas. Además, los médicos realmente capacitados en el tratamiento del cáncer son docentes de prestigiosas casas de estudios, públicos o privados, o bien pertenecen a sociedades nacionales o internacionales de prestigio.

Los promotores de curas milagrosas no pueden acreditar nada de lo antedicho, pues no pueden demostrar que saben algo sobre el cáncer. Algunos de ellos son zoólogos, biólogos, y hasta médicos, pero sin capacitación en el área oncológica.

7— ¿Se han hecho estudios controlados de investigación?

Mientras los promotores de curas no probadas presentan excelentes resultados, nunca hicieron estudios controlados con estas “drogas”. ¿Qué es un estudio controlado? Un trabajo que compara a pacientes con cáncer midiendo el tratamiento con otro grupo de control, esto es, con igual diagnóstico, edad, distribución por sexo, estadio de la enfermedad y número de enfermos. El grupo control no recibe tratamiento, y así se compara la efectividad de lo administrado al grupo tratado, para ser luego evaluado.

En otros casos, los estudios comparan un nuevo tratamiento con otra terapéutica ya tratada. No hay estudios de este tipo en ningún caso cuando se trata de terapias alternativas. Los promotores suelen aducir que no tienen tiempo o personal para hacerlo. Teniendo en cuenta el dinero que ganan, estas excusas suenan tontas. La razón real de no hacerlos es porque saben cuál será el resultado.

8— ¿Debe estar un médico especialmente entrenado para hacer esos tratamientos? ¿Es una fórmula secreta sólo facilitada a los promotores?

En algunos casos se aducen estas situaciones. Se manejan fórmulas secretas o se invocan conocimientos médicos especiales. En contraste con todo esto, las fórmulas de las drogas anticancerosas se publican en reconocidos medios científicos. El entrenamiento y especialización en oncología significa saber administrar estas drogas, entendiendo el mecanismo por el que actúan y la forma de actuar de la enfermedad. Para ello se requiere sentido común y un compromiso con el tratamiento de una patología que pone en riesgo la vida.

9— ¿Atacan los promotores a los medios médicos y científicos?

Este es el mecanismo favorito de los defensores de las falsas curas. Ellos insisten en que los medios científico, médico, gubernamental, y farmacéutico conspiran para que las terapias alternativas no surjan. ¿Por qué? Porque tratar el cáncer es muy lucrativo. Ellos, por supuesto, omiten cualquier mención sobre el dinero que ganan.

Si usted piensa esto por un momento, verá cuán ridícula es esta idea. Ese mismo medio que supuestamente conspira, también desea prevenir otras enfermedades infectocontagiosas y cura muchas otras. ¿Por qué no habría de querer curar también el cáncer? Los médicos, gobernantes, científicos, y ejecutivos farmacéuticos y sus familiares podrían tener cáncer también. ¿No cree usted que ellos también desearían curarnos?

10— Los promotores ¿reclaman “libertad de elección” entre las drogas probadas y las que ellos defienden?

La “libertad de elección” que piden, es la de poder vender sus productos. La ley en general protege la libertad de elección sobre lo informado o sabido. No se trata solamente de obtener una licencia o permiso de uso, sino de saber su justa utilidad.

Hemos recopilado algunas preguntas sobre tratamientos no probados contra el cáncer. Recuerde que muchas formas del cáncer son curables, y aun otras, sin serlo, responden significativamente.

Médicos, enfermeras, trabajadores sociales, hospitales y centros privados, sociedades médicas y fundaciones especializadas, están preparados para ayudar a los pacientes y a sus familiares.

Si usted tiene cáncer debe buscar ayuda tan pronto como le sea posible, pero en fuentes legítimas, con gente que realmente pueda hacer algo por usted. Y si usted no es paciente, ayude a su familiar o amigo a hacerlo.

Desafortunadamente, como el problema del cáncer no ha sido completamente resuelto, muchos promotores de pseudotratamientos tratarán de hacer dinero rápido, prometiendo falsas soluciones para el cáncer. Si sólo fuese el dinero que toman de los pacientes, el problema no sería tan grave, pero a veces le quitan la oportunidad de vivir, pues les hacen posponer tratamientos realmente útiles y efectivos. Usted puede reconocer un tratamiento útil de otro que no lo es, y estas preguntas intentan ser una ayuda en ese sentido. No se permita ser una víctima. Usted tiene posibilidad de elegir entre tratamientos útiles, efectivos y válidos, y otros que simplemente no lo son y se promueven de manera poco clara.

* El autor es Jefe del Subcomité de Terapias No Ortodoxas de la Sociedad Americana de Oncología Clínica.

Última modificación ( 28.04.2005 )
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