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Paulino María Iñigo, o la filosofía del absurdo PDF Imprimir E-mail
Escrito por Germán Buela
06.05.2005


Paulino Mara Iigo, o la filosofa del absurdo

Jugando con las palabras y defendiendo lo indefendible

Image Descubrimos un personaje muy curioso. Recientemente el pensador espaol Paulino Mara Iigo envi espontneamente a ASALUP un texto bajo el ttulo "Tpico sobre la racionalidad del escepticista" (que posteriormente public en forma resumida en su foro). All pareca decir, por lo menos a primera vista, algo interesante.

Se refiere a la incredulidad ciega y la negacin absoluta de Dios como formas de fe equiparables a la del creyente. En su forma de ver el mundo, todo est "polarizado", y en este caso estaramos hablando de la misma cosa (fe) en sus manifestaciones opuestas: positiva y negativa. Extremos opuestos que en esencia son lo mismo, con distinto signo: como el Polo Norte, que es "tan polo" como el Polo Sur; el ultraderechista, que es tan fantico como el ultraizquierdista; y as. En el caso sobre el que se explaya Paulino, lo que tienen en comn los opuestos es el de basarse en su fe o sentimientos, de poseer "voluntad embrionaria" y "obedecer a sus instintos viscerales ciegamente". Ambos carecen de criterios racionales e interpretan los hechos o evidencias favoreciendo sus tesis sentimentales.

Pero le apunta al cura y le pega al campanario, porque adjudica esta "fe negativa" al escepticismo. Si bien puede haber acepciones de escepticismo que difieren levemente, el trmino alude a la duda inquisitoria. Quin debe darse por aludido cuando Paulino habla del escptico? ASALUP es lo que convencionalmente (y en buena medida, formalmente) se llama una "organizacin escptica". Como receptores del trabajo, no podemos menos que darnos por aludidos, por lo que ni cortos ni perezosos salimos a poner las cosas en su lugar: escepticismo no es incredulidad acrrima. Esta ltima podra ser una degeneracin del escepticismo, y es asunto de cada escptico evaluar sus propias actitudes con el mayor sentido crtico para evitar llegar a eso.

De sus palabras tambin se desprende que el escptico es inherentemente ateo. Esto no es as. El escepticismo se identifica ms bien con la postura agnstica, porque negar toda posibilidad de dioses implicara rechazar cualquier eventual demostracin de su existencia. En general los escpticos coinciden en que parece muy improbable que haya algn dios. Algunos se plantan cmodamente en el agnosticismo; otros se llaman ateos, porque no tienen ningn dios personal y porque consideran razonable descartar toda idea de dioses hasta tanto se demuestre su existencia. En el fondo, es una forma de agnosticismo, y no difiere de la actitud escptica ante lo sobrenatural: no hay por qu creer sin pruebas. Y existen tambin los escpticos testas, de los cuales un ejemplo destacado es Martin Gardner. As acabamos con otro mito: escepticismo no implica atesmo. Y en muchos casos, atesmo no implica negacin ciega de toda posibilidad de dioses.

Ante estas aclaraciones, Paulino nos dice que "desde el momento en que no hay razones suficientes para no creer ni creer y alguien se decanta hacia una u otra postura con mayor o menor intensidad a favor o en contra, est demostrando ser un creyente". Si es as como vamos a definir al "creyente", de acuerdo. El punto es que difcilmente uno encuentre alguna cosa para la que no haya razones suficientes para tomar postura (aunque sea provisoria). Cuando un escptico considera la evidencia disponible (o la falta de evidencia) y aplica el pensamiento crtico, llega a conclusiones con "razones suficientes", y a esto sera ms justo llamarlo conocimiento que creencia. Naturalmente puede caer en errores, pero as como la ciencia depura sus errores, el escptico corrige sus ideas ante la evidencia en contrario.

Paulino no se limita a afirmar que el escptico se mueve por fe (lo que sera imposible segn lo que acabamos de describir), sino que va ms all y dice que "tiene sus clanes, parroquias, gurs y mitos". Da la sensacin de que usa las palabras con un sentido tan amplio que pierden toda utilidad. Por ejemplo, parroquia llama a la Red Escptica Internacional, que no es otra cosa que un directorio en Internet de contactos de organizaciones escpticas del mundo. Llama "religin dualista reduccionista" a lo que estas organizaciones "predican", sin advertir que la promocin del pensamiento crtico no apela a la creencia (como la prdica) sino todo lo contrario. Pero con buena voluntad, lo que Paulino achaca al escepticismo le cabe a cualquier otra actividad, de modo que, seores, los trminos "parroquia", "religin" y "prdica" dejan de tener connotacin alguna.

Con lo de gures se sabe adnde apunta: personalidades como Carl Sagan, James Randi, etc. Sin embargo esa denominacin es solo un antojo de Paulino para darle al escepticismo apariencia de culto. Aunque la palabra "gur" se populariz como denominacin de referentes destacados de cualquier actividad, este seor pretende alegremente insinuar que los "gures" del escepticismo son como los del mundo espiritual: objeto de adoracin, indignos de toda crtica, y mensajeros de verdades reveladas. Y esto es algo de lo que tampoco nos hacemos cargo, ya que no condice con el espritu crtico. Qu clase de gur es alguien que dice "no tiene por qu creerme!"? (Michael Shermer)

Su bonita concepcin polarizada del mundo Ying-Yang lo lleva a jugar con el lenguaje en forma imprudente. Dice: "el escptico [quiso decir el ateo] tiene su propio no Dios creador de nada". Entonces se entiende que "el que tiene su dios" y "el que tiene su no dios" son escencialmente lo mismo pero con carga opuesta, como el positrn y el electrn (Paulino estara orgulloso de esta analoga). Esta apariencia se logra dando vuelta una negacin para convertirla en una "afirmacin negativa", lo que es un abuso del lenguaje. La realidad es que el ateo no tiene ningn dios, de modo que si se nos antojara hacer la analoga de las partculas, diramos que el creyente se corresponde con un positrn, y el ateo con la ausencia de todo positrn.

La sorpresa mayor llega cuando afirma que literalmente "no fumar es un vicio", aunque, claro, un vicio positivo, al que llamamos virtud. La ausencia de un vicio ahora tambin es un vicio. Se diluye as todo significado de la palabra vicio. Otra palabra que tiramos a la basura, y de a poco vamos destruyendo ms y ms a nuestra querida lengua espaola. Le hicimos notar lo absurdo que sera no aceptar que alguien pueda no tener animales en su casa, para afirmar que en cambio tiene un "no perro" al que alimenta con nada. No sabemos si lo not.

Pero faltaba el plato fuerte. El amigo no pierde oportunidad de echar mano al experimento EPR (ver enlaces al pie), su caballito de batalla. La paradoja EPR demuestra que la teora cuntica est incompleta. Sin embargo para Paulino es un fuerte indicio de que hay algo muy serio detrs de cosas como la homeopata, la bioenergtica y la telepata; y as se reivindicara, gracias a un experimento cientfico, el mundo de la metafsica. A Paulino se le escapa un detalle fundamental, y es que esas cosas no funcionan. Cuando decimos esto no nos basamos en fe ni en razn pura, sino en conocimiento objetivo. Estas cosas no solo no tienen sostn terico, sino que al ser puestas a prueba no se encuentra nada. Qu necesidad hay entonces de pretender justificarlas con el EPR? Quizs una cuestin de fe? Que no se diga...

Las curiosas ideas de Paulino originaron un intercambio en privado, que luego se traslad a su propio foro pblico. Habiendo profundizado en su pensamiento, lo que sospechamos en un principio lleg a ser una conclusin ineludible: aquello que Paulino nos achac cuando apareci de la nada, es precisamente su propio pecado: l ya decidi en qu creer (disciplinas pseudocientficas); luego, basndose en la autoridad de David Bohm y su propia preferencia, selecciona la interpretacin que mejor le viene; hace la vista gorda ante una elocuente ausencia de evidencias a favor de lo que defiende; y mira para otro lado cuando se le reclama aval cientfico (experimentos bien diseados que eliminan toda subjetividad) que respalde sus afirmaciones.

Los artculos de Paulino Mara Iigo estn en el Portal de la Filosofa Cubana e Iberoamericana, donde entre otras cosas encontramos un curioso y desopilante "reto" y crtica a Mario Bunge, intentando defender (sin lograrlo) a las pseudociencias, y desde luego una vez ms apelando al bendito EPR.

El escptico John Blanton escribi un paper sobre la paradoja EPR y la realidad cuntica del que me tomo el atrevimiento de traducir una nota final, que viene al caso:

"Para algunos, la resolucin de la paradoja EPR, en la ausencia de variables ocultas, es una clase de accin a la distancia, es decir, una especie de influencia que se propaga ms velozmente que la luz est conectando a las dos partculas separadas. Esto explicara la correlacin entre la accin de las partculas que estn ampliamente separadas. El artculo de Science de Arthur Robinson dice: "Quizs haya algunos cientficos que reconoceran gratamente la existencia de esas seales como una posible explicacin para los fenmenos paranormales, como la ESP [percepcin extra-sensorial]." Contina afirmando que los cientficos entrevistados por l no consideran que estos aspectos de la mecnica cuntica puedan formar la base para tales fenmenos. Yo agregara que tal explicacin requerira algo ms. Todos los estudios serios y exhaustivos de tales supuestos fenmenos paranormales indican que la ESP es una conjetura en busca de un fenmeno, lo cual es decir, los fenmenos de ESP no requieren explicacin porque simplemente no existen. A las investigaciones "cientficas" con resultados positivos, como las de Harold Puthoff y Russell Targ en el Stanford Research Institute, y mucho antes por Joseph Rhine en Duke University, les descubrieron graves fallas investigadores externos, y en general fueron refutadas. Martin Gardner escribi un interesante relato de la investigacin en el SRI. Los comentarios de Irving Langmuir sobre la investigacin de Rhine aportan un relato conciso de los problemas de Rhine con las estadsticas."

Finalmente, preferira que esto no sea visto como un ataque personal, sino como la exposicin de un caso de mal razonamiento. La idea es que esto sirva para mantenernos alertas ante las apariencias de erudicin. Sokal demostr que debemos tener cuidado, cuando nos encontramos con un discurso bien estructurado y pomposo (pero a la vez hueco e ininteligible al mejor estilo Federico Klemm), ya que puede estar sustentado por la mismsima nada. Mientras tanto y como siempre, cuando Fulanito diga que puede volar, no vamos a perder el tiempo con la explicacin cuntica de por qu tiene sentido suponer que el fenmeno es real, sino que reclamaremos que vuele. Una vez establecido eso, nos interesar conocer la explicacin. No antes.

Debo cerrar el artculo ac noms porque mi no perro me ladra en silencio reclamndome mi indiferencia (atencin negativa).

Germn Buela

Informacin adicional sobre EPR:

La paradoja Einstein-Podolsky-Rosen y el teorema de Bell por Lamberto Garca del Cid
La pgina de fsica cuntica de Eduardo Yvorra
La paradoja de la cuntica por Renato Iraldi
The Tangled Methods of Quantum Entanglement Experiments por Caroline H Thompson (paper)
The Transactional Interpretation of Quantum Mechanics por John G. Cramer

Última modificación ( 08.05.2005 ) |
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