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Elemental, Velmont PDF Imprimir E-mail
Contribuido por Germán Buela
15.06.2006

Conan Doyle creía que se había probado la existencia de ciertos seres míticos, por unas fotos de hadas que unas chicas traviesas habían preparado. Si el viejo Doyle viviera hoy, quién sabe si creería también los veredictos del Grupo Elron sobre fotos trucadas digitalmente. Horacio Velmont insiste con que los escépticos tienen que investigar (aunque ya lo hayamos hecho) la verdadera mediumnidad (la de ellos, claro). Haciendo honor al escritor antedicho, intenté hacer mínimamente el papel de Sherlock Holmes. Poco me imaginaba que del otro lado iba a encontrar una especie de Sherlock Olguín recordándome el clásico latiguillo.

Haga click en la foto para verla en mayor tamaño Esta foto fue tomada en el Bosque de Alisos de la Reserva Ecológica de Costanera Sur, Buenos Aires. Allí podemos ver una fantasmagórica aparición de un rostro humano. ¿Un alma en pena? ¿Un fraude? ¿Casual conjunción de sombras? Hay una "organización científica independiente" (¿o será "organización independiente de la ciencia"?) que resuelve este tipo de cuestiones.

¿Otra vez Elron? ¿Hasta cuándo con Elron?

Resumiendo, el Grupo Elron está compuesto por dos sujetos: Horacio Velmont (fundador, verborrágico vocero, cruzado contra cualquier cosa ligeramente escéptica) y Jorge Olguín (director, médium que se comunica telepáticamente con entidades de alto nivel espiritual para revelar todo tipo de verdades, dejando obsoleto al método científico... además cuenta con un amplio currículum de calidad algo cuestionable).

Esta gente nos enseña que en un plano superior tenemos, cada uno de nosotros, un "thetán", que está en un determinado nivel espiritual. El mío está en el nivel 4, según me reveló en sesión Johnakan Ur-El, el thetán del médium. El nivel 4 es de lo mejorcito a lo que puede aspirar un chichipío como uno. Si lo tradujéramos a clase social, sería como vivir en un duplex de Puerto Madero. Sólo queda el quinto nivel para escalar, y ahí ya sos Gardel. Nuestro thetán compone el 90% de quienes somos, mientras que el 10% restante es el encarnado en el plano físico. El thetán, se supone, es mucho más sabio que el gil encarnado, y tiene un nombre diferente. Estos conceptos provienen de la infame Cienciología.

Un experimento elemental

En base a toda esta sabiduría del "maestro" L. Ron Hubbard, promovida por el "profesor" Velmont, decidí desdoblar este encarnado en un 0,001% recontra encarnado quien, naturalmente, debería ser más bruto que yo, y le di por nombre Ernesto Ochoa. Le impartí instrucciones: "Esta foto fue sacada por una amiga tuya en la Reserva; vos la escaneaste, y tenés que averiguar la verdad sobre la aparición. Podés acudir a estos profesores que, según tu corto juicio, deben ser confiables".

Este elemental experimento fue inspirado, en parte, por la renovada cruzada antiescéptica de Velmont. En uno de sus artículos dice: Estamos en contra del escepticismo cómodo que siempre niega sin nunca tomarse el trabajo de investigar, dejándole el esfuerzo al otro, basándose arteramente en el sofisma de que "el que afirma es el que debe probar, no el que niega". Ignoremos el matete que se hizo Velmont entre "negar" y "no afirmar", no vamos a señalar cada uno de los errores de razonamiento que plagan sus escritos. Lo que nos importa es que acusa a los escépticos de criticar cómodamente sin investigar. En más de una oportunidad nos dice que podemos inquirir a los Maestros de Luz sobre cualquier tema, como para convencernos de que la tienen clara. Cada vez que uno le recuerda que esto ya se intentó (sin éxito), mira para otra parte. Además, hay otras formas de analizar los contenidos de Elron: encontrando contradicciones o contrastando con datos de otras fuentes. Sea como fuere, recurrí a crear una identidad ficticia para echar Luz sobre los Maestros de la Misma, en un pequeño experimento para volver a hacer lo que reclama Velmont y ya fue hecho. Velmont sabe sobre identidades ficticias: él las creó y usó sistemáticamente para fastidiar. Ernesto Ochoa, en cambio, tiene una misión más noble: darle una oportunidad más a Elron de demostrar algo.

El fiasco de Ávila

Ernesto solicitó al grupo una explicación sobre la foto, y Velmont respondió rápidamente de esta manera: Dear friend: La respuesta la tienes aquí: [...], con un enlace a una página del viejo sitio oficial (ya no existe porque violaba las condiciones de servicio de Lycos). Dicha página se explayaba sobre el caso de las Niñas de Ávila. Brevemente, se trata de una foto en un cementerio donde se plasmó el presunto fantasma de tres niñas. Bueno, eso piensan los ingenuos. Olguín, canalizando a L. Ron Hubbard, asegura que esa aparición fue producida por los Espíritus del Error, unos bufones de bajo nivel espiritual, y lo hicieron "proyectando una imagen holográfica", nada más que para jorobar. Lo curioso de este caso es que posteriormente a ese dictamen se hizo pública una foto de tres niñas, demasiado parecida a la "aparición", lo que confirmaría la hipótesis del montaje. Este inconveniente fue sorteado con una explicación ad-hoc en una sesión posterior. El médium (canalizando a Hubbard) hace estas afirmaciones: 1) Los Espíritus del Error no tuvieron nada que ver con esa fotografía [la de las niñas]; 2) Si las imágenes pueden tener cierto parecido, es porque los Espíritus pueden haberla tomado como idea; 3) No hay ninguna duda de que lo hicieron a propósito para crear confusión; 4) No es la misma foto, sólo es parecida; 5) Obviamente los Espíritus abrevaron en esa foto para hacer el truco, pero no es un montaje hecho en el plano físico; 6) Si alguien se atribuye la autoría del montaje, es sólo para ganar notoriedad; 7) No hay cómo demostrar que haya sido un montaje terrenal.
En este enlace del nuevo sitio de Elron está el contenido de ambas sesiones: la primera el 9/3/06, la segunda el 28/3/06 (buscar "niñas").

Ernesto se quedó pasmado por tanta sabiduría. En cambio a mí se me había antojado tan rebuscado, patético y desvergonzado, que, confieso, derivó en la misión de Ernesto, alentado por las ya mencionadas exhortaciones de Velmont. Era demasiado alevoso. En la primera sesión podría haberse mencionado algo sobre la foto que apareció luego, a pesar de que el interlocutor le dio bastante pie al médium, cerrando el tema, para que agregara cualquier cosa de relevancia: "¿No hay otra cosa?", "No"; "¿Esa es toda la historia?", "Sí". Y en la segunda sesión, al principio, parece que la foto encontrada se puede desestimar. Ante las repreguntas del interlocutor, se comprende que es necesario incorporar esta foto a la cuestión y termina siendo "obvio" que los espíritus bromistas se basaron en ella. La verdadera enseñanza de los Maestros fue cómo retorcer un mensaje para poder mantener lo dicho en la sesión anterior. Claro como la Luz, de esta forma todo de una u otra manera "cierra".

Una cosa más: el mismo médium nos dice (canalizando o no) que, digan lo que digan, no se puede demostrar que haya sido un montaje "en el plano físico". Muy astuto. Bien, en este punto debo aclarar que me importa un reverendo pepino la notoriedad. Debo adjudicarme la autoría del montaje de la Reserva simplemente porque es la verdad (no descubierta por los Maestros), y seguiré alegremente siendo nadie como hasta ahora. Y, desde luego, esta vez el médium no puede aducir que no se puede demostrar el montaje. Me tomé la molestia de registrar el progreso del mismo.

Elemental, Velmont

Entonces, ¿quedamos en que los Maestros de Luz dictaminan que el aparecido de mi foto es un holograma de los Espíritus del Error? No exactamente. Aunque Velmont parece muy seguro, fue sólo su parecer; Ernesto no obtuvo el resultado de una sesión telepática con los Maestros. Esta posibilidad parecía desvanecerse hasta que, un par de días más tarde, Velmont sugirió a Ernesto que llevara su duda a Olguín.

Olguín respondió a la inquietud opinando que "parece el rostro de un elemental", y prometiendo consultarlo en sesión con su compañero de aventuras. Ernesto, mi 0,001% más torpe, no tenía idea de qué le estaban hablando. ¿Un elemental? Tuve que explicarle de qué se trataba... previa averiguación. Un elemental es algo así como un espíritu mitológico asociado a alguno de los cuatro elementos: aire, tierra, fuego, agua. No le quedó claro y me pidió más explicaciones. "Una paparruchada mística y punto."

Pasados unos cuantos días Ernesto volvió a escribir al profesor Olguín para saber si había novedades sobre su inquietud. El profesor le dio la revelación de los Maestros, sin cobrar un centavo, con esa vocación de servicio que tanto proclama. Su respuesta:

Ernesto, los Maestros dijeron que es el rostro de un elemental...
Atte: Prof. Jorge.

Esa podría haber sido una revelación, pero no lo fue. Insisten en llamarles Maestros y sin embargo ignoran hasta lo elemental. Una nueva decepción, otra oportunidad perdida. Pero también, un nuevo elemento de juicio, y una oportunidad de poner creativas excusas.

Todavía nos falta la revelación final, que lamentablemente no vino de Elron. Pero antes, algunas consideraciones oportunas para el aburrimiento general.

La inestabilidad del dato estable

Velmont, en su calidad de profesor (¿de qué?), nos enseña en esta página que para creer no hace falta las pruebas, sino que basta con tener datos, y con ver que éstos "arman el rompecabezas". ¡Magia! Dice: Las enseñanzas de los Maestros de Luz arman perfectamente el rompecabezas, pero muchos consultantes no esperan a tenerlo armado y cometen el error de opinar antes de saber. No les interesa aprender sino imponer sus ideas, sin considerar siquiera que pueden estar equivocados. No nos ocupamos de ellos, porque si lo hiciéramos desatenderíamos a aquellos que sí quieren aprender. Esto se puede traducir como: "Muchos tienen la insolencia de pensar por sí mismos y hacer cuestionamientos en vez de tragar sin chistar nuestras enseñanzas". Velmont dice que Elron se maneja con la "Doctrina del Dato Estable", que no necesariamente garantiza certeza, sino que evita la confusión. La idea es que uno acepta "provisoriamente" la enseñanza de los Maestros de Luz; y si algún día surge alguna explicación mejor, simplemente se descarta lo anterior y se reemplaza por lo nuevo.

Bueno, pero no sirve, y especialmente no sirve como lo hace Velmont. Tenemos que ver cuándo una explicación es mejor. Para una persona razonable, mejor sería una explicación más simple y que no deja de ser compatible con los hechos (la vieja Navaja de Occam). Para otros, mejor es algo que gusta más, o que ya se aceptó de antemano por fe. En ese caso es muy fácil quedarse con una noción inamovible echando mano a todo tipo de excusas. Vamos, él mismo lo dice, lo importante es que no haya confusión, que la imagen "cierre" de alguna manera. Que esta imagen se corresponda con la realidad o no, es un detalle en el que no vale la pena detenerse. Una novela de ficción, con sus personajes y sus situaciones, tiene coherencia interna, "cierra", pero no es real. Lo mismo puede ocurrir con el invento de un supuesto médium, aunque siempre se puede, con un poco de buena voluntad, tapar agujeros y hacerse el distraído ante las inconsistencias. Pero las pruebas, no, gracias; no hacen falta. Son los recalcitrantes quienes tienen una fijación con la realidad.

El fenómeno telepático, al menos el aducido por Olguín, nunca llegó a ser un "dato estable", y sin embargo ahí lo tenemos a Velmont sin un ápice de duda. Y creo que llego a vislumbrar parte, nomás parte, de lo que le falla a este señor: no puede vivir con la más mínima incertidumbre. Su médium estrella consigue "solución" a todo "misterio". Velmont se queja de que los críticos insisten en derribar su castillo aéreo sin aportar soluciones, o mejores explicaciones... de hecho, en eso consiste su desafío. No le gusta la idea de que no podemos saber todo, que siempre hay algo que debe permanecer en la oscuridad hasta que tengamos evidencias. Y si señalamos que él, por hacer afirmaciones, tiene la carga de la prueba, nos tildará de "cómodos" que no aportamos nada.

La Revelación

En la foto podemos ver al sujeto que, manipulación digital mediante, hicimos aparecer en la Reserva: el Profesor (¿de qué?) Luis Montenegro. La imagen proviene del sitio del Profesor (¿de qué?) Olguín. (Velmont debe estar preguntándose qué es eso de mencionar la procedencia de una imagen ajena...)

El procedimiento fue simple, y las imágenes que acompañan este artículo son la prueba de la realización del montaje. Primero tomamos la mitad de la cara de Don Luis, la deformamos un poco para dificultar el reconocimiento, y le aplicamos un efecto para llevarla a manchas blancas y negras. Una vez ubicada en el rincón elegido, asomándose tras un tronco, le dimos al área blanca tonalidad verde y la mezclamos con vegetación tomada de otra parte de la foto. La parte negra fue llevada a una tonalidad oscura, también tomada de la foto, y voilà! Un Elemental.

Entre tantos Maestros y Profesores, podrían haberme dado una lección, pero cayeron en una tonta trampa. Entonces hay otra revelación, aunque no es nada nuevo: que esta gente no puede brindar respuestas confiables sobre aquello que se les consulta. No sirvió ni siquiera la intuición de ninguno de los dos. Fallaron al no advertir que Ernesto no existe, que la foto es trucada, que la cara corresponde a Luis Montenegro, y que el autor es un escéptico dándoles otra chance.

La hora de las excusas

No sólo "no hacen falta pruebas"; cuando hay pruebas, pueden ser desechadas. La "doctrina del dato estable" se respeta mientras nadie nos haga tambalear un dato. Podemos entonces, gracias a las verdaderas enseñanzas de Elron, anticipar posibles excusas.

  • Los "Maestros" revelaron la verdad, pero Olguín decidió hacerse el tonto por algún motivo. De modo que se perdió la oportunidad de demostrar una revelación.
  • Los "Maestros" en realidad fueron unos Espíritus del Error que confundieron a Olguín. En este caso, lo mismo puede haber ocurrido con muchos de sus "enigmas develados".
  • Olguín no consultó nada en sesión, simplemente respondió lo que le pareció para sacarse de encima al pesado de Ernesto. Una falta de ética hacia los consultantes y hacia los "Maestros".
  • Olguín jamás respondió a Ernesto lo que se afirma en este artículo. Sin embargo tengo los mails.
  • Los "Maestros" no están para andar demostrando nada a un escéptico. Luego cabe preguntarse por qué tienen que mentir y quedar como burros, dando una respuesta idéntica a la opinión del médium.
  • El Elemental realmente estaba en la foto, y coincide con el rostro que puse.

Para disipar esa última posibilidad, incluyo parte de la foto original en mayor resolución, junto con una versión con el brillo aumentado, para ver mejor entre las ramas. Si algún cazafantasmas encuentra al Elemental, quizás pueda hacerse acreedor de un Triple Premio de manos del Profe Luis Montenegro.

Germán Buela
gbuela (arroba) yahoo (punto) com (punto) ar
Última modificación ( 16.06.2006 ) |
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